Resulta patético llevar varios años denunciando el desastre generado por “Su Sanchidad y mariachis”, y cuando se confirma un trocito de lo que sufrimos, los hay que se rasgan las vestiduras. Lo que nos han dejado ver, más concretamente oír, es sólo una pequeña parte; la corrupción es algo sistémico y estructural. El problema no es el sátrapa de la Moncloa, el que no había almorzado a las cinco, sino que lo articulado en 1978 ha perdido su sentido.

La prueba patente, la tenemos en estas declaraciones de postureo y maquillaje cinematográfico o las esperpénticas cartas a la ciudadanía. Las herramientas legales al alcance del jefe del Ejecutivo hacen que en España el ocupante del palacio de la Moncloa pueda subordinar el poder legislativo, los estamentos constitucionales y los organismos reguladores, en particular el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial y la Fiscalía General. Por otro lado los medios de comunicación subvencionados, una buena parte de los privados adocenados, las empresas del pesebre estatal y en no poca medida las grandes corporaciones del IBEX 35 y cualquier instancia de la sociedad civil que sea apetecible para el mandarín. Ya sólo le falta salir en chándal, para emitir el “Aló Presidente”.

Los escándalos se han ido tapando a medida que se solapaban uno detrás de otro. Siempre generando relatos, divisiones y miedos, para focalizar la atención sobre cualquier otra cosa. Ahora, todo queda claro. La corrupción, la desvergüenza, el saqueo sistemático está mal, pero sería mucho peor si gobierna la “ultraderecha franco pantano”. ¿De verdad? Es tan nauseabundo el olor, que todos los profesionales de la política perciben que su negocio se está debilitando y que, cada minuto que pasa, los que pensamos que la “constitución del 78” ampara a los corruptos, estamos creciendo. Porque estamos creciendo.

La “patente de corso”, “el carnet de pirata” es para evitar que gobiernen otros a los que gracias a mi subvencionado relato, he etiquetado como “extrema derecha”, simplemente por disentir, por presentar otro programa y ser una alternativa. No pasa nada si yo gestiono a lo loco, si robo y manipulo sin tino, mientras no gobiernen los malos. Curiosamente, dice que no convoca elecciones para no entregar las riendas del poder a una coalición del PP y Vox, ergo admite que la voluntad popular ha cambiado. Si el pueblo ya no te quiere les votará a ellos y como ya no te quieren te vas a enrocar mirando por ti, no por los ciudadanos.

Los movimientos ciudadanos que están creciendo en toda Europa, sin pausa, suponen la sencilla y contundente recuperación del sentido común. Estos le llaman “extrema derecha” a cualquiera que ose manifestar un mensaje, una opinión divergente. Sin caer en la trampa de relatos y etiquetas, en ninguna de estas naciones donde gobiernan se han producido “recortes a las libertades” y continúan las adhesiones. Insisto…sentido común.

Pero, ¿cuál es el partido mayoritario de la oposición de este gobierno? Los de la otra bancada parlamentaria son más de lo mismo. Dejando de lado “teatrales paripés”, son idénticos. La misma agenda 2030, las mismas consignas y objetivos, las mismas votaciones en el Parlamento Europeo. Esta gente está opacada por su propia tibieza y cobardía, calladitos por sus traumas incurables. Todavía piensan que hay un PSOE bueno…

Otro síntoma de descomposición es el desmantelamiento de la “izquierda pijo progre”, los de los colorines y los que hacen cositas “chulis”. Sumar está acabado: las “grandes damas” que dieron origen al entramado monster están fuera de juego: Mónica Oltra procesada, Ada Colau preparando la jubilación a través de sus fundaciones, y Yolanda Díaz de ministrilla especialista en listados de «fijos-discontinuos” eco resilientes.

Cuando con su proverbial chulería reta a la oposición a presentar una moción de censura, es porque ya tiene todo el “pescado vendido” con esa ralea de sectas independentistas que, como ideología, tienen una calculadora. A todos estos les interesa un gobierno débil y desequilibrado. Les promete y les regala todo lo que haga falta: Ministerios, presupuestos, subvenciones, trocitos de España… Si hay que regalar el sofá del Congreso, se regala. Así, poco a poco, han vendido nuestro futuro. Pero menos mal que tenemos para las cañas y el pincho de tortilla.

El sistema del 78 falla, está obsoleto. Los escándalos y follones se van a suceder, porque los informes de la UCO se van a entregar por fascículos. María Jesús Montero, la que recibe la pasta del contribuyente… Aldama dice que tiene cuentas millonarias en el extranjero. Su número 3 ha dimitido tras ser acusado de cobrar 100.000€ por archivar causas judiciales. Cosas que pasan en Españistán. Y las normalizamos…

Ni somos “constitucionalistas”, ni nos interesan los entresijos de una norma que ha resultado un fracaso para la sociedad española. La corrupción endémica se justifica por un sistema de partidos que se reparten el poder, tal y como hacían Cánovas y Sagasta, sabedores de que el “cotarro” les pertenece. Corresponde a la verdadera sociedad civil emprender un proyecto tan necesario como ambicioso. Da todo tanto asco, que si no se convocan nuevas elecciones vía moción de censura o por iniciativa propia, los 23 meses de agonía del gobierno de su Sanchidad, van a ser también los estertores finales de la ciudadanía.

Qué mejor reflexión final que las líneas del genial Manuel Valera: “A las cinco. Y sin comer. El viento se llevó las comisiones. Y la mordida de los bozales y las agujas. Y el dinero para la coca y las putas. Pobre hombre, sin comer. Decepcionado por aquellos que se dejaron atrapar. Y los sillones a dedo de incompetentes. Y los despachos familiares. Y los apagones, y las calles deshechas, y la pobreza avanzando, y los impuestos como única religión”.

Lo dicho, seamos valientes y expidamos el certificado de defunción del corrompido sistema del 78.

Luis Nantón Díaz